Sentirse vacío

Mon

18 de febrero de 2021

«El interés del que escucha estimula la lengua del que habla». Charlotte Bronte

No es nada fácil explicar qué “sientes”, cuando te sientes así. Este sentimiento se aferra a cada célula de nuestro cuerpo y de nuestra mente, y nos lleva a pensar que nuestra existencia no tiene ningún sentido. De poco valen todas las riquezas que podamos tener a nuestro alrededor, es en nuestro interior donde sentimos que no hay contenido, como si hubiese un hueco que no se llena.

A veces lo intentamos llenar con pertenencias, con comida, con demasiado trabajo, con relaciones que ni siquiera nos satisfacen, con demasiado ejercicio o con drogas. El vacío es tan incomprensible, y a veces insoportable, que puede arrastrarnos al abismo.

¿Por qué ocurre esto?

Ya los antiguos filósofos pensaban que este estado es inherente a la condición humana. El hombre desde que es hombre experimenta este vacío existencial cuando no le encuentra sentido a su vida.

¿Y cuándo ocurre esto?

Cuando perdemos algo o a alguien que le daba sentido a nuestra existencia.

Todos/as en algún momento hemos podido experimentar un cambio repentino que nos obliga a renunciar a una parte trascendental de nuestra vida. Estas etapas vienen acompañadas de dolor, incertidumbre, miedo, etc., y nos exige reestructurar nuestra vida.

Los periodos de transición suelen traer consigo esa sensación de vacío existencial. La pérdida de un ser querido, bien porque se haya muerto o porque nos haya abandonado, es uno de esos momentos vitales.

Se dice que el sentimiento de vacío está más relacionado contigo que con la pérdida del otro. Es decir: experimentamos la pérdida de contacto con nosotros mismos. Es como si poco a poco fueses desconectándote de ti y te convirtieses en un mero espectador que ha perdido el interés.

No importa demasiado cuál pueda ser la causa, lo verdaderamente importante es qué hacemos para dejar de sentirnos así.

Tendremos que volver a reconstruir nuestra identidad. Primero conectándonos con nosotros/as mismos/as y luego con los demás.

¿Qué podemos hacer?  

Toma nota, cuatro claves que quizás, te pueden ayudar:

  1. No te escondas detrás de actitudes dañinas. Reconocer lo que te pasa es el primer paso para superarlo. Sentir ese vacío no es agradable pero te muestra que es necesario cambiar algo. Es sencillo que no fácil, y aunque duela, puedes verlo como algo positivo.
  2. Para ello debes cambiar el enfoque de lo que te está ocurriendo.  Ver la experiencia como una oportunidad de cambio, de nuevas alternativas, te ayudará y motivará para salir fortalecido en este proceso.
  3. Es momento de que pases tiempo contigo mismo/a para volverte a conectar. La soledad, cuando es elegida, es una buena maestra. Empieza a explorar dentro de ti. Mira hacia dentro. El vacío no puede llenarse con cosas, no tiene que ver con el “tener” sino con el SER. Sólo puede colmarse con lo que tenga sentido para ti. Aquí empieza el viaje, es personal, intransferible. Sólo tú sabes qué te hace vibrar.
  4. Mima tu “niño/a interior”. Quizás la hayas descuidado dando prioridad a las necesidades de los demás antes que a las tuyas propias. Puede que al principio te resulte extraño, no estamos acostumbrados/as a darnos palmaditas en el hombro cada vez que hacemos algo bien, pero si aprendes a relacionarte contigo  mismo/a de una forma más amorosa, tu autoestima y autoconfianza se irán fortaleciendo y ese sentimiento de vacío  empezará a desvanecerse.

Y entonces empezarás a fluir con la vida y serás más FELIZ, porque habrás descubierto el verdadero significado de esta palabra.

Porque habrás experimentado que una emoción estancada, arrasa todo a su alrededor si la alimentas. Porque habrás entendido, que es inútil apegarse  a las cosas o a las personas, que la vida se rige por la Ley de la impermanencia:

“Todo cambia, nada permanece”

(…) que diría Heráclito. Y por si no te convence la filosofía pues eres más de ciencia, te dejo con esta cita de Carl Jung:

“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.  

Y comparto contigo un vídeo de Mario Alonso Puig que nos lo explica.

Que lo disfrutes…

Si te ha gustado ¡comparte!

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Quizás también te interese leer…

Share This