La casa de los mil espejos

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Mon

14 de octubre de 2021

Por si en este momento no te apetece leer…

“Déjame que te cuente, que…”

Cierto día, un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero en el portón de una residencia. Curioso, subió las viejas escaleras de madera hasta que se topó con una puerta semi-abierta y se adentró en el cuarto.

Con gran sorpresa se dio cuenta, que dentro de esa habitación, había mil perritos más, observándole fijamente.  Encantado de encontrar tanta compañía, empezó a balancear la cola, y entonces vio asombrado que todos los cachorros comenzaron a mover la cola también. Alegremente saludó con un ladrido y todos los perritos de aquella sala, le saludaron a la vez.

Cuando se retiró del cuarto se quedó pensando en lo agradable que le había resultado conocer ese lugar y se dijo: » Volveré más veces por aquí.»

Pasado un tiempo, otro perro callejero, buscando refugio del sol, se coló por un agujero en aquella mansión.

Lentamente subió las viejas escalera de madera hasta que se topó con una puerta semi-abierta. Cautelosamente, entró…

Al ver que no estaba solo, que mil perritos le miraban desde diferentes puntos del cuarto, se sintió amenazado. Con desconfianza empezó a gruñir. Los mil perritos respondieron instantáneamente.  Preocupado comenzó a ladrar, y los mil perritos le ladraron también.

Asustado salió corriendo, y ya fuera, pensó: «Que lugar tan horrible es este. Nunca regresaré”.

Y se alejó de aquella mansión.

Pasado un tiempo, un cartero, paró delante de la extraña residencia. Comprobó la dirección, en el viejo buzón: “La casa de los mil espejos”. Es aquí –se dijo. Y entonces, llamó a la puerta.

“Y colorín, colorado, los cuentos, nunca son terminados…”

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