A veces no nos damos cuenta que para recoger hay que sembrar primero. Quizás esperemos del mundo, con la actitud del cínico satisfecho que decía Jodorowsky, en su Cabaret místico.
Dos monjes meditan en medio del campo. A uno le rodean muchos conejos. Al otro no se le acerca ninguno. Éste le pregunta al primero:
-Dime, si ambos meditamos con fervor el mismo número de horas, ¿Por qué a ti se te acercan los conejos y a mí no?
-Es muy simple –le responde el otro. Lo que pasa es que yo no como conejo y tú sí.
Reflexionando…
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