Metáfora de la Escalera

Foto Escalera

Mon

19 de agosto de 2020

Todos vamos cambiando de nivel como en una escalera…

Imagina que estás frente a una gran escalera. Está junto a ti esa persona que es importante en tu vida (un amigo/a, compañero/a, pareja, etc), estáis fuertemente agarrados de la mano. Mientras estáis en el mismo nivel todo es perfecto, todo es disfrutable. Pero de pronto tú subes un escalón y esa persona, no. Esa persona prefiere mantenerse en ese nivel inicial. Perfecto, no hay problema. Es fácil, aún así, estar agarrados de las manos.

Pero tú subes un escalón más y esa persona se niega a hacerlo; ya las manos han empezado a estirarse y ya no es tan cómodo como al principio. Sigues subiendo…

Ya el tirón es fuerte, ya no es disfrutable. Empiezas a sentir que te frena en tu avance. Pero tú quieres que esa persona suba contigo para no perderla. Desafortunadamente para esa persona no ha llega el momento de subir de nivel, así que se mantiene en su posición inicial. Tú subes un escalón más y, ya ahí, es muy difícil mantenerte unido. Te duele, te duele mucho… Luchas entre tu deseo de que esa persona suba contigo. No quieres perderla ni bajar peldaños… Pero no puedes ya bajar de nivel; ni tú quieres hacerlo.

En un nuevo movimiento hacia arriba, viene lo inevitable… Y se sueltan las manos…

Puedes quedarte ahí y llorar y patalear, tratando de convencerle de que te siga, que te acompañe. Puedes incluso ir contra todo tu ser y tú mismo intentar bajar de nivel con tal de no perderle pero después de esa ruptura en el lazo, ya nada es igual. Así que por más doloroso y difícil que sea, entiendes que no puedes hacer más, sólo seguir avanzando y esperar que algún día vuelvan a estar al mismo nivel.

Eso pasa cuando inicias tu camino de crecimiento interior. En ese proceso, en ese avance, pierdes muchas cosas: Pareja, amigos/as, trabajo, quizás pertenencias… Es decir,  todo lo que ya no coincide con quien te estás convirtiendo ni puede estar en el nivel al que estás accediendo.

Puedes pelearte con la vida entera pero el proceso es así. El crecimiento personal, es eso, “personal”, individual; no es grupal. Puede ser que después de un tiempo esa persona decida emprender su propio camino y te alcance o suba incluso mucho más que tú, pero es importante que estés “consciente” de que no se puede forzar nada en esta vida.

Llega un momento en tu escalera en que puedes quedarte solo/a un tiempo, y duele, claro que duele ¡y mucho!. Pero luego, conforme vas avanzando, te vas encontrando en esos niveles, personas mucho más afines a ti, personas que gracias a su propio proceso están en el mismo nivel que tú y que si tú sigues avanzando, ellos también. En esos niveles de crecimiento, ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento, tan sólo hay amor, comprensión y respeto absoluto.

Así es nuestra vida, como una infinita escalera donde estarás con las personas que están en el mismo nivel que tú, y si alguna cambia, la estructura se acomoda.

Cada pérdida, cada cosa que sale, es porque así tiene que ser. Déjalas ir y prepárate para todo lo bueno que viene a tu vida. Tú sigue avanzando, y confía, porque esta escalera es mágica.

Autor desconocido

 

Según esta metáfora, el ser humano está en continuo desarrollo hacia su evolución. Dar el primer paso para iniciar el ascenso cuando todavía no sabes caminar, no es fácil… Pero la vida, en su infinita sabiduría, te coloca en el peldaño adecuado para tu aprendizaje y te suelta… Y en tu libre albedrío, tú decides si continuas el ascenso…

Quizás ahora te resulte más fácil entender por qué nos encontramos con diferentes personas en la vida y por qué otras se van quedando atrás…

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