Roque, el tonto del pueblo

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Mon

28 de noviembre de 2021

Por si en este momento no te apetece leer…

“Déjame que te cuente, que hubo una vez…”

Un grupo de personas que se divertía con el “tonto” del pueblo, un pobre infeliz, de poca inteligencia, decían, que vivía haciendo pequeños recados a cambio de una simple moneda.

Diariamente algunos hombres llamaban a Roque al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales.

Él siempre escogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risa para todos.

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente Roque, le llamó aparte y le preguntó si todavía no se había dado cuenta que la moneda de mayor tamaño valía menos, y éste le respondió:

-Lo sé, no soy tan tonto, pero el día que escoja la otra, el juego terminará y entonces no conseguiré más monedas.

El hombre asombrado por su respuesta y preocupado a la vez por las burlas a las que era sometido, le dijo:

-Entiendo que una ambición desmedida pueda acabar cortando tu fuente de ingresos, pero ellos se ríen de ti, creen que eres tonto, ¿no te importa lo que piensen?

Roque le miró unos segundos antes de responder, y con voz relajada y tranquila, le dijo:

-Lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo. El verdadero hombre inteligente, es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.

“Y colorín, colorado, los cuentos nunca son terminados…”

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